Tengo miedo a enamorarme.

 

Tengo miedo a enamorarme de nuevo. El miedo que siento hoy a enamorarme es producto de mis miedos pasados. Tengo miedo a fallar de nuevo porque no creo en mí mismo. O quizá porque creo que mi forma de ser inestable puede lastimar a la otra persona y, por lo tanto, puedo salir lastimado yo también.

Y ahí empiezan a surgir como fantasmas mis miedos del pasado. ¿Qué pasaría si fallo de nuevo? Para mí sería cometer el mismo error de antes pero ahora, lo mismo de “siempre”. Si fallara de nuevo, ¿habré aprendido alguna cosa más? Quizá sí. Si no me conozco lo suficiente puede que aún tenga la oportunidad de hacerlo.

Siento que es hora de hacer algo distinto pero me da miedo no poder. No me siento capaz. Necesito pensar distinto. 

 

Sí, es cierto, si aún sigues pensando lo mismo de antes ya sabes por qué tienes miedos ahora. ¿Es momento de hacerte responsable por lo que piensas y saber que el sufrimiento es opcional? Sí. Debes conocerte en ese punto donde decides no sufrir. Saber que el sufrimiento no viene de afuera sino de adentro. Es tiempo de renovar el jardín de tu mente. Es hora de plantar nuevas semillas. Riégalas y cada tanto arranca las malas hierbas.

También es momento de confiar y sanar tus heridas. Piensa en el método japonés de unir pedazos rotos de cerámicos Kintsugi, y pegalas todas juntas agregando oro al pegamento. ¿Por qué serías entonces una persona más fuerte y resiliente?

Anímate a desafiar tu mente con preguntas que te hagan salir del modelo en que estás viviendo y hacete cargo de tu sufrimiento. Estoy segura que se abrirá un mundo frente a ti donde habrá una puerta invitándote a saltar a través de ella. ¡Cruzala! ¡Ahora!

Allá seguro habrá otros miedos, pero sé curioso y averigua de qué se trata. Cruza la puerta y verás que del otro lado te esperan los “Sí” que necesitas. Solo tienes que encontrarlos y buscar un lugar de aquel lado donde plantar tu jardín. Donde el sol aparezca la mayor parte del tiempo.  Tus plantas florecerán. Y quédate allí, cierra la puerta y no regreses.

Los pensamientos de tu jardín, si los cuidas y los haces prosperar, harán que tu cuerpo deje de contraerse por las malas hierbas. Sentirás como tus nudos mentales se irán aflojando.

En este momento que lees estas líneas no sientes miedo porque tu mente se ha detenido a leer. Si estás atento a las palabras, ¿Qué sentido tiene pensar en otra cosa? Estás aquí donde el miedo no existe. Dirige tus pensamientos hacia donde quieras. Si estás leyendo es porque has decidido averiguar si alguna puerta está esperando que la abras y te invite a pasar al otro lado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario